El pasado 11 de Abril en la sala de cine de la Universitat Autònoma de Barcelona se dio lugar a una sesión con cine fórum de la película Amazing Grace con motivo de la Setmana per la Dignitat. Se escogió esta película como ejemplo para tratar el tema de los derechos humanos y la dignidad.
Lo cierto es que esta película pasó bastante desapercibida por nuestras salas el año en el que se estrenó, en el 2007. Coincidía con la celebración del bicentenario de la abolición del comercio de esclavos dentro del imperio británico.
Amazing Grace es la historia de la lucha de un grupo de hombres que lucharon incansablemente por acabar con una de las más aberrantes injusticias que han atentado en contra de la dignidad humana. Finales del siglo XVIII. William Wilberforce (Ioan Gruffudd) es un brillante y carismático político británico de tan sólo 21 años. Pero su vida cambiará al conocer a un antiguo esclavo el cual le hará transformar por completo su percepción de la realidad que vive. A partir de entonces se convierte en la voz pública de los abolicionistas, librando su particular cruzada para frenar el comercio de esclavos del Imperio británico. El filme sobre todo muestra el debate político que se formó alrededor de la cuestión; nos hace partícipes de la esencia del parlamentarismo británico propio del siglo XVIII. Podemos ver y escuchar contundentes discursos y elocuentes actos de los protagonistas por conseguir la liberación de los esclavos, un hecho que amenazaba a la economía de comercio británica.
El dato curioso: el título de la película Amazing Grace se debe al famoso himno que compuso John Newton a raíz de su experiencia personal. Fue un antiguo esclavista inglés que dedicó la primera etapa de su vida al comercio de esclavos para la Royal Navy. Una noche, navegando en uno de los navíos, una tormenta sacudió toda la embarcación. Todas las personas abordo perecieron excepto él. Docenas de personas amortajadas y encadenadas, transportadas como mercancía en condiciones deplorables, murieron aquella noche.
Años más tarde, acechado por la carga de conciencia y el peso de “esas almas”, John Newton decidió hacerse sacerdote y consagrar el resto de su vida a la religión. Fue entonces cuando compuso la famosa canción “Amazing Grace” (gracia Sublime) que en tantas ocasiones ha servido como himno conmemorativo.
Así como Steven Spielverg supo retratar la esencia empática que deben tener los derechos humanos en Amistad, lo que realmente ha conseguido el director de Amazing Grace, Michael Apted , es expresar con toda contundencia los miles de motivos para indignarse por los hechos históricos que relata el film. Es sobrecogedor.
Algo de historia:
La historia del hombre africano, el yugo de su esclavitud la peregrinación por el continente Americano y otros continente, comienza en el año 1619, cuando un cargamento de 20 africanos fue llevado a Virginia por los holandeses. Éstos, llegados en el mítico Myflower, abandonaron su país para buscar mejor fortuna y poder desarrollar sus creencias religiosas, prohibidas no sólo en Holanda sino en el conjunto del "viejo continente". Desde 1619 hasta 1871, año en el que es abolida la esclavitud, se comercializaron 8.500.000 afroamericanos en América del Norte. Los pobladores y conquistadores de la Nueva Tierra prometida provenían de distintos países (Holanda, Inglaterra, España, Francia...). Su cultura y religión eran diferentes, al igual que los africanos capturados, que pertenecían a países, tribus y clases sociales muy diferentes. Los europeos esclavizaron hombres y mujeres del norte y de toda la costa atlántica de África. Tanto reyes como artesanos trabajaban y eran maltratados junto con guerreros y santones procedentes de distintas tribus y localizaciones geográficas”
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