Este no es un post sobre cultura per sí va de lo que es la anticultura. ¿Píldoras antipopulistas, por favor? Gracias.
Peligroso es no tener cultura pero más me temo a aquellas ocasiones en las que recibimos grandes dosis de anticultura que nos tragamos y asimilamos como si fuera lo más normal del mundo. Con un cubata siempre entra bien.
Me pregunto si cuando el colonizador Francisco Pizarro llegó a Sudamérica y asentó por primera vez sus españolas posaderas en tierras ajenas un líder inca se le plantaría y le diría en su lengua nativa: “perdona, pero primero somos los de aquí, y luego los inmigrantes”.
No podría haber sido así de ninguna de las maneras; esta absurda y surrealista conversación no se dio porque, entre algunos motivos evidentes, el bando colonizador tenía la fuerza bruta de quien se impone.
Varios siglos han pasado ya des de entonces, cierto. Ahora vivimos en un entramado social más complejo, regido por la economía de libre mercado, un sistema financiero agresivo que ha propiciado la globalización, el libre flujo de comercio y de personas por el mundo.
Nos conviene, a Occidente, no recordar de dónde hemos obtenido tantos recursos y qué países hemos explotado para llegar a este status quo, el capitalismo se cuela por todos los agujeros posibles. Pero sin embargo, a nosotros sí nos da por recordar constantemente el origen de algunas de las personas que emigran, sobretodo desde países de América Latina; África del norte, subsahariana y central; países del Este y de Oriente Medio. Nos da por delimitar qué derechos pueden obtener en diferencia a los autóctonos por el miedo a que nos falte (que nos sobre) recursos.
Ese es el miedo que utilizan algunos partidos políticos para justificar las grietas de la economía. Ahora los inmigrantes son el escudo ante las pedradas de la sociedad, quien demanda una respuesta ante la crisis. Y nos contentamos con tan poquito…con que nos den un el nombre de un posible culpable, ya nos callamos un rato.
¿Qué tiene Plataforma X Cataluña a parte de un discurso catalizador de xenofobia, intolerancia y oportunismo? No hay más que ver su programa que presume de tener fundamentos democráticos fuertes y rígidos pero que, sin embargo, habla de una España que ya no existe. Hay nuevas realidades y una de ellas es la inmigración, su descendencia y su herencia en este país.
Temo a esta anti-cultura porque reduce la multiperspectiva, rebaja a un nivel insospechado nuestra capacidad crítica, dificulta la convivencia y nos hace creernos inconscientemente y peligrosamente superiores, cuando, en la historia de la humanidad nos hemos salvado el pellejo los unos a los otros constantemente.
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