domingo, 20 de febrero de 2011

Un trozo de África en la ciudad

El museo Daniel Comboni ofrece la oportunidad de conocer la historia, la cultura y el arte del continente africano

Todo lo que crean que saben  del antiguo y bello continente africano es poco. África sigue representando un enigma, un inmenso terreno dotado de una riqueza que aún no se puede calcular.
Podemos decir que es impenetrable, no tanto por sus vastas tierras o sus áridos desiertos de fuego, si no porque su baluarte es la historia ancestral que ha perdurado siglo tras siglo y que tan sólo en estos últimos 100 años ha conseguido captar la verdadera atención del mundo, más allá de sus recursos. Se puede decir que se han destruido los muros físicos pero no la memoria colectiva de todos los que habitan esta tierra.

Es casi inevitable que al pensar en el "mundo negro" aparezcan las ideas de guerra, pobreza y enfermedad. Son los temas que suele cubrir la mayor parte de la información que nos llega. Pero lo que han obviado durante tantos años nuestros libros de historia del mundo e historia contemporánea es que África es algo más que un puzle desmontado donde confluyen los conflictos bélicos, el hambre y la miseria. Esta parte del hemisferio Sur representa un sólo espíritu repartido en centenares de tribus que pueblan su tierra, personas que poseen una cultura y un bagaje de conocimientos que no están a nuestro alcance. Y lo demuestra su verdadera historia, la del África precolonial, no la del imperialismo y la explotación.
Recreación de una cabaña en el museo
Para todos aquellos que quieran sumergirse en su historia genuina ya pueden ir empezando: les propongo que hagan una visita al Museu Africà Daniel Comboni de Barcelona donde a través de una visita guiada podrán disfrutar de un viaje a lo más profundo de África. 
La visita se inicia con una aproximación a la prehistoria e historia de un continente  que es considerado  la cuna de la humanidad y el  lugar donde han ido surgiendo culturas tan dispares y ricas como la egipcia, la nubia, la bantú o la zulú.
Este pequeño museo se encuentra en los el barrio de Horta de Barcelona. Un pequeño y modesto rincón de la ciudad que guarda siglos de cultura entre sus paredes.


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